El digital Cinco Días nos descubre hoy una fórmula que si bien no es desconocida para la mayoría de los inversores quizá no será tan familiar para aquéllos que se inician en la actividad.

En definitiva; se trata de comprar una vivienda para reformarla y venderla en un plazo corto de tiempo. Lógicamente, este último factor, el tiempo, es lo que diferencia a este tipo de inversión de otras a más largo plazo. Intervienen variables como el valor de mercado y la demanda en la zona en la que se localice el producto, así como la oferta existente con la que se compite, el tipo de reforma -en realidad se trata de optimizar un producto para una venta relativamente rápida y que ofrezca un retorno interesante- y por supuesto el perfil o público objetivo al que va a ir dirigido este producto mejorado.

“Comprar un inmueble, reformarlo por el menor coste y de la mejor manera, venderlo en el mínimo plazo de tiempo y obtener el mayor beneficio”.

Esta tendencia va ganando cada vez más terreno en España como apuntan desde la agencia Luxury Angels, es más “en 2020, de cada 10 casas que visitamos, dos tenían este tipo de reajuste. En 2021 este margen se duplicó, como poco, y proliferaron durante el año” añade una profesional de la firma. Y así lo corrobora Iñaki Unsain, presidente de AEPSI (Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario), “la pandemia y la guerra lo han convertido en un refugio dentro de la inversión”.

Según Unsain, el fenómeno se da principalmente en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao. La inversión media depende de la zona, precio del metro cuadrado, y el gasto en la reforma, pero, por ejemplo, en Barcelona, para una vivienda pequeña estima una media de “unos 160.000 euros y la obra en unos 240.000”

Añade además que “las compras son muy rápidas, tardas entre cuatro o cinco meses en adquirir la propiedad. Dada la tasa de inflación es una vía que gusta mucho”. Pero, ciertamente, en no pocas ocasiones hay que actualizar o reformar la vivienda al completo. De ahí la importancia de que desde el principio salgan los números para obtener el retorno esperado.

Respecto a las características tipo de estas viviendas; hay un denominador común:

“Todo blanco, con un estilo despersonalizado y nórdico; las paredes lisas, sin gotelé; la cocina nueva; los electrodomésticos de gama media (…) y suelos que imitan a madera”. En definitiva; se trata de una reforma en la que el resultado es un espacio neutro, despejado, limpio y complementado por una serie de detalles que lo hagan aún más atractivo a ojo del que mira; básicamente elementos diferenciadores para evitar el concepto de piso neutro sin más. La calidad de los materiales siempre será una gama más que media pero la clave del éxito será precisamente en cómo se utilicen; una distribución inteligente y siempre estética, unos elementos y accesorios que doten a este espacio básico de un cierto calor de hogar -para ello siempre podremos recurrir a técnicas de ‘Home Staging’- y unos electrodomésticos igualmente funcionales y estéticos -hoy en día contamos con marcas de gamas medias a precios muy competitivos que además cuentan con un diseño bastante cuidado, solo hay que saber buscar y dedicarle tiempo-.

Ángeles Nieto, ‘personal shopper’ de la firma Luxury Angels, insiste en que pese a que, efectivamente, hay unos elementos comunes e identificables que se reconocen a primera vista ello no implica que el resultado del ‘flipping’ sea de dudosa o mala calidad. Lo que parece quedar claro es que la sensación de “piso a estrenar”, sigue calando hondo en el público objetivo de este mercado.

 

Fuente:Cinco Días

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