En estos momentos en los que nuestra coyuntura está tan marcada por la necesidad de un enfoque sostenible a todos los niveles, la construcción, hace ya largo tiempo, que se viene sumando a esta iniciativa con propuestas de lo más interesantes, más allá de lo sorprendente que a los profanos en la materia nos pueda parecer a primera vista.

Y para muestra, un botón; los biomateriales como el cáñamo o la madera se han convertido en una solución constructiva por la que apuesta el 66% de los países analizados por el informe “The Architecture of the Future”, el primero de una serie elaborada por la PropTech PlanRadar sobre las nuevas tendencias y materiales que se utilizarán a nivel global en un futuro próximo en pos de la sostenibilidad. Como nos cuentan desde el blog de noticias Inmodiario, que resume las conclusiones principales de este estudio, el informe se centra en “las tendencias en el ámbito de la construcción y la arquitectura a través de la evaluación de las perspectivas en 12 países: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Austria, Francia, España, Italia, Eslovaquia, Chequia, Hungría, Polonia y Emiratos Árabes Unidos”.

Una de las principales conclusiones es el creciente uso en toda Europa de los llamados biomateriales “que prometen modificar el paradigma de los elementos de construcción y reescribir las normas de construcción durante la próxima década”.

En realidad, el futuro pasa por una vuelta al pasado; rescatando aquellos materiales orgánicos usados desde tiempos inmemoriales, como la paja, la madera o la arcilla, eso sí, adaptados y mejorados por los avances tecnológicos con idea de convertirlos en los elementos que definirán los nuevos modelos de construcción.

De todos los materiales analizados uno de ellos se lleva la palma en cuanto a previsión de uso, el cáñamo; que será “el material que más países prevén utilizar en el futuro (8 de los 12 países analizados: Estados Unidos, Reino Unido, Austria, Francia, República Checa, Eslovaquia, Italia y Polonia)”. Aunque cabe aclarar que el cáñamo ya se está usando para la fabricación de ladrillos y planchas y como base para el hormigón de cáñamo “un excelente aislante para paredes, suelos o techos”. El cáñamo en todas sus formas, variantes y usos es un material sostenible y solamente en Europa “su producción ha aumentado un 75% de 2015 a 2019, siendo los mayores productores de la UE Francia, Países Bajos y Austria”.

Al mismo nivel que el cáñamo se sitúa según los países encuestados la madera. Pese a ser uno de los materiales más tradicionales y antiguos usados en la industria, su uso se está haciendo cada vez más popular y extendido dada la necesidad de reducir las emisiones de carbono. Las cifras hablan; “el número de edificios de madera en masa de varios pisos construidos en Estados Unidos aumentó un 50% entre julio de 2020 y diciembre de 2021”. Sin embargo, la madera también presenta una serie de inconvenientes y peculiaridades a tener en cuenta; “en el caso de los edificios de madera de varias plantas, se aconseja que los cimientos sean tradicionales para garantizar la resistencia a las inundaciones, utilizando hormigón. Cuando no se trata adecuadamente, la madera también es propensa a la putrefacción”. De ahí la necesidad de combinarlos con otros materiales menos sostenibles y más contaminantes como en este caso el hormigón.

El tercer puesto de este ranking lo ocupa el material reciclado. “El 58% de los países encuestados creen que se convertirá en tendencia en los próximos años”. En términos prácticos, el uso de materiales reciclados lo que consigue es reducir al mínimo los residuos generados. La tendencia en las construcciones futuras estará centrada en “reducir la dependencia de materiales difíciles de reutilizar, como el hormigón, el cemento y el acero”. No obstante, ya hay especialistas en materiales estudiando fórmulas más eficientes para reutilizar este tipo de materiales, dado que, hasta ahora, reciclar un material como por ejemplo el acero, a través de la técnica del refundido, no parece la mejor solución ya que esto genera un enorme consumo de energía. Dentro de los materiales reciclados más habituales en la construcción actual destacan la madera, el ladrillo, los textiles, el cartón yeso y vidrio.

El siguiente material en la lista es la arcilla, con la aceptación de “un 42% de los países analizados (5 de 12 países: Alemania, Austria, Francia, República Checa y Eslovaquia)”, un material que como la madera es uno de los elementos constructivos más antiguos y populares del mundo. Como es bien sabido, uno de sus usos principales es la fabricación de tejas o ladrillos, y en cuanto a su sostenibilidad se puede decir que es más que alta ya que no se necesita demasiada energía para procesarla. La arcilla también se puede combinar con otros compuestos como yeso, cerámica o tierra apisonada. “Las estructuras de arcilla tienen una vida útil de un siglo o más, gracias en parte a la durabilidad y resistencia al fuego del material. Además, se puede moldear en casi cualquier forma antes de la cocción. El inconveniente de la arcilla es que las estructuras de ladrillos de arcilla pueden ser extremadamente pesadas, lo que limita las alturas que se pueden construir”.

Siguiendo con el informe; “para el 42% de los países analizados (Estados Unidos, Francia, República Checa, Eslovaquia e Italia)” la paja, con sus usos tan sorprendentemente diversos, representa otro de los materiales clave que se usarán en las construcciones sostenibles futuras. “El uso más frecuente de la paja es como aislante dentro de los muros, aunque un uso más moderno se basa en formar parte de paneles fabricados. Uno de los inconvenientes de este material es la humedad y la putrefacción, al menos en lo que respecta a la construcción con balas de paja. Por ello, muchos países con un elevado nivel de lluvia no consideran que la paja sea un material de construcción viable”.

Según el CEO de PlanRadar “el sector de la arquitectura se enfrenta a un cambio de paradigma cuya magnitud no habíamos visto desde hace décadas. El protagonismo cada vez mayor de los biomateriales es una clara muestra de la preocupación que tiene el sector por la sostenibilidad y los cambios profundos en los elementos de construcción que se utilizarán en los próximos años”.

A nivel nacional, España se centra en los elementos de economía circular, esto es; “aquellos que pueden tener varias vidas útiles al reutilizarse y reciclarse en nuevos elementos para la construcción”. También hay un creciente interés por el grafeno, utilizado como base para pinturas ecológicas y por biomateriales como el micelio y los hongos. Estos últimos “se pueden utilizar para crear bloques y paneles de micelio que pueden ser utilizados como tabiques, paneles estructurales, membranas aislantes, placas acústicas o como adhesivo de otros materiales”. También se están trabajando ya nuevos materiales como el nylon regenerado o el hormigón de fibra de carbono que ayuda a reducir emisiones en los núcleos urbanos, así como el carbono generado en la producción.

Como vemos, contamos ya con una gran variedad de biomateriales y alternativas sostenibles que ya se están empleando, aquí y ahora, y que conformarán las bases del nuevo paradigma constructivo de un futuro más que próximo.

Fuentes

https://www.planradar.com/es

https://inmodiario.com/